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El distrito histórico del Casco Antiguo es el destino turístico más popular de Ciudad de Panamá y sería mi primera opción si visitara la ciudad.
Con sus pintorescos edificios, bares y restaurantes de lujo, amplios balcones, iglesias, ruinas, boutiques, tiendas de recuerdos y museos, hay mucho que ver y hacer en un lugar tan pequeño. Los vendedores ambulantes, principalmente de ascendencia indígena, se congregan en las esquinas para vender pinturas, molas, bolsos, diademas, etc.
Desde hace algún tiempo, el Casco Antiguo está experimentando una renovación. Muchos edificios gubernamentales y de arquitectura antigua de estilo español, han sido restaurados y lucen unos exteriores magníficamente cuidados. Lo mismo ocurre con las residencias privadas y los edificios comerciales. El proceso de restauración está en curso, por lo que durante su visita podrá ver algunas obras (andamios, etc.).
Las calles están revestidas de ladrillo rojo y trazadas como en cualquier otra ciudad: en cuadrícula. Son estrechas, pero resulta fácil y divertido pasear por ellas. Debo admitir que algunas de las calles no parecen muy atractivas, pero no deje que eso le asuste porque la zona es muy segura. El distrito cuenta con un departamento de policía residente, que hace un trabajo admirable para mantener el orden.
Los autobuses no están autorizados a entrar en el distrito histórico, por lo que su visita consistirá íntegramente en un recorrido a pie. Junto al Casco Antiguo hay un pequeño y pintoresco parque llamado Plaza V Centenario, y es aquí donde comenzará su excursión. El autobús turístico le dejará en la entrada del parque, que se encuentra junto a la carretera principal de entrada, y desde allí hay un corto paseo.
Después de bajar del autobús, tendrá que subir un solo tramo de escaleras para entrar en el parque. A continuación, se avanza por un pintoresco camino de ladrillo bordeado de árboles, a menudo bordeado de indígenas que venden molas, sombreros y otras artesanías hechas a mano, aunque dudo que los guías le permitan comprar. Al final del camino hay un segundo tramo de escaleras que también hay que subir. Y una vez arriba, sólo hay que cruzar la calle. Desde el bordillo de la acera hasta la entrada del Casco, tardará como mucho unos minutos.
El Casco Antiguo es conocido por sus hermosos balcones, así que no los pierda de vista. Son omnipresentes y los hay de diferentes estilos, tamaños y colores, algunos adornados con plantas tropicales y barandillas decorativas.
Y aunque no son tan comunes como los balcones, algunas de las puertas, incluso las viejas y deterioradas, pueden ser intrigantes y dignas de fotografiarse. La mayoría se encuentran a pie de calle, pero algunas en el segundo y tercer piso también son interesantes.
Al entrar en el Casco Antiguo, es probable que su visita guiada siga la ruta principal de entrada al Casco, que comienza en el Parque Herrera y pasa por la Iglesia de San José (Altar de Oro) y las Ruinas de la Compañía de Jesús. Digo probablemente porque es imposible decir qué ruta seguirá su guía, ya que los itinerarios varían de un barco a otro. Además, algunas excursiones visitan el Museo del Canal de Panamá y otras no. Depende de la duración y las particularidades de su itinerario y del operador turístico. Le recomiendo que consulte con su compañía de cruceros para obtener una descripción detallada de todo lo que incluye su excursión.
Independientemente de la ruta que siga, entre las muchas estructuras significativas del Casco, lo más probable es que vea las siguientes durante su recorrido:
Junto a la Plaza de la Independencia y frente a la Catedral Metropolitana, el Museo del Canal de Panamá ocupa un edificio de tres plantas que data de 1874 y que en su día sirvió de sede a las empresas francesas y estadounidenses que participaron en la construcción del canal. A pesar de su antigüedad, el edificio se ha conservado meticulosamente, por dentro y por fuera.
El museo se limita a las plantas segunda y tercera del edificio, ofreciendo a los visitantes una exposición excepcional del papel histórico de Panamá como ruta interoceánica desde la prehistoria hasta la realización del Canal de Panamá, y la presentación es de primera categoría. Se centra en todo lo relacionado con el ferrocarril y el canal, sin dejar piedra sin remover, aparte del reciente esfuerzo de ampliación entre 2007-2016.
Si su tiempo se lo permite, le recomiendo que visite el Museo del Canal de Panamá. Contiene una gran cantidad de información que no encontrará en ningún otro lugar.
El personal con el que hablé me dijo que algunas excursiones incluyen la visita y otras no. Tendrá que consultarlo con su compañía de cruceros.
Tras pasar el mostrador de recepción, entrará en un pintoresco atrio. En el centro y en el suelo hay una gran lente/lámpara, que en su día formó parte de un faro de la Isla Grande, diseñado por Gustave Eiffel y construido en 1893. Al fondo y a la derecha hay una escalera que lleva a la entrada del museo, en la segunda planta. Al llegar arriba, gire a la izquierda y, a la derecha, entre por la puerta corredera.
Comienza con una breve introducción a la época precolombina de Panamá (encontrará información más detallada sobre este periodo en el Museo de Panamá Viejo), seguida de un vistazo a cómo el istmo de Panamá surgió del fondo del mar, unió dos continentes y dividió un océano, y cambió la biodiversidad del mundo para siempre. (Recomiendo visitar el Museo de la Biodiversidad en la Calzada de Amador para profundizar en la formación del istmo, sus primeros habitantes y la enorme variedad de vida animal que existió y perduró).
Entre los muchos temas tratados en detalle, he aquí sólo algunos:
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Por todo el museo encontrará una gran variedad de artefactos físicos, meticulosamente conservados y, en la mayoría de los casos, alojados tras vitrinas. Entre ellos se incluyen:
La mayoría de las exposiciones presentan textos descriptivos en español e inglés, y unas pocas son interactivas. En algunos casos, la versión inglesa es abreviada pero concisa y más que adecuada. Hay unos pocos casos, la mayoría relacionados con publicaciones y artículos de periódicos y revistas, en los que las descripciones en inglés están ausentes. Sin embargo, son la excepción.
En resumen, el Canal de Panamá es uno de los logros arquitectónicos más importantes del mundo, y el museo hace un trabajo fabuloso detallando cada aspecto de su desarrollo; vale la pena visitarlo.
El Casco Antiguo es, sin duda, el mejor lugar para encontrar una gran variedad de souvenirs a precios razonables.
La mayoría de las tiendas venden los mismos productos, aunque unas pocas se especializan en artículos selectos (tengo un mapa grande con todas las tiendas de souvenirs en la página Compras). En general, cuanto más grande es la tienda, mayor es la variedad. Además de las tiendas, los indígenas venden artesanía en las calles.
Si lo que busca es un sombrero de Panamá, ¡éste es el lugar! También encontrarás camisetas, bolsos, llaveros, imanes, hamacas, tazas de café, vasos, cuadros, ropa variada, etc. La artesanía indígena local incluye coloridas molas y diademas cosidas a mano por mujeres indígenas de la etnia Guna Yala, intrincados platos y cuencos tejidos por indios embera, pulseras, pendientes, ponchos y hamacas de Ecuador, Colombia, Perú y Guatemala. Todo está aquí.
Pero siempre que se visita un lugar como el Casco Antiguo, con tantas atracciones, tiendas de recuerdos y restaurantes, los guías se ven sometidos a una enorme presión para mantener a todo el mundo unido; hay tantos lugares en los que uno podría perderse. Si se les dejara a todos deambular, podrían dejar a alguien — o a varias personas — atrás. Por eso, a pesar del gran número de tiendas, hay que prepararse para la posibilidad de que no se permita entrar en ellas. Depende de las particularidades de su excursión. Además, las compañías de cruceros pueden tener acuerdos o asociaciones preestablecidos con determinadas tiendas. Ir de compras es un gran negocio, y las tiendas del Casco no pagan comisiones, por lo que tienen pocos incentivos para animar a la gente a comprar allí.
Para tu recorrido a pie por el Casco Antiguo, te recomiendo un zoom gran angular (15-60 mm) y un teleobjetivo (70-200 mm). Las calles son relativamente estrechas y varios lugares históricos, como las ruinas del Arco Chato y la Compañía de Jesús, se encuentran en esquinas estrechas. Para ellos, es necesario un objetivo de 15-20 mm. De lo contrario, no podrá capturarlo todo. Para los parques públicos pintorescos, los edificios y la mayoría de los monumentos, bastará con un objetivo de 25-60 mm. Un teleobjetivo será muy útil para fotografiar balcones. Los hay de diferentes formas y tamaños, y muchos están adornados con plantas tropicales y barandillas decorativas. Así que asegúrate de mirar hacia arriba porque hay muchos que merece la pena fotografiar. Y no se olvide de las puertas. Quizá no tan habituales como los balcones, algunas puertas son preciosas. Incluso las viejas y deterioradas pueden ser interesantes y dignas de fotografiar.
No hace falta trípode.